El obispo Munilla ordena a dos diáconos, uno padre de familia
Mikel Iraundegi, casado y padre de
dos niñas de acogida, pasa a ser el primer y único diácono permanente
de Gipuzkoa, autorizado para celebrar bodas y bautizos sin misa
José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián, otorgó ayer
en la catedral del Buen Pastor el diaconado permanente a Mikel
Iraundegi, una dignidad que contempla la celebración de liturgias tales
como las bodas sin misa o los bautizos con permiso del párroco. De esta
manera, Iraundegi se convierte en el primer y único diácono permanente
en Gipuzkoa.
Se trata de un ministerio al que pueden acceder
exclusivamente hombres casados, mayores de 35 años y con cinco años al
menos de matrimonio estable. Una vez ordenado, el diácono permanente
queda al servicio del obispo que le corresponda, estando capacitado
entonces para impartir la catequesis, leer la homilía o presidir la
celebración de la Palabra, entre otras funciones. A pesar de que el
diaconado está considerado como un paso previo al sacerdocio, Iraundegi,
casado y padre de dos niñas de acogida, no podrá ser ordenado sacerdote
sino que ejercerá las labores de diácono de manera 'permanente'.
La catedral donostiarra también acogió la ordenación de
Iñaki Benito como diácono para el Presbiterado quien, a diferencia de
Iraundegi, seguirá con su formación hasta el sacerdocio tras jurar su
celibato incondicional ante el obispo. Los actos se inscribieron en la
celebración de la Solemnidad Apóstoles Pedro y Pablo con motivo de la
finalización del curso pastoral.
Diario Vasco-tik hartua
Se trata de un ministerio al que pueden acceder
exclusivamente hombres casados, mayores de 35 años y con cinco años al
menos de matrimonio estable. Una vez ordenado, el diácono permanente
queda al servicio del obispo que le corresponda, estando capacitado
entonces para impartir la catequesis, leer la homilía o presidir la
celebración de la Palabra, entre otras funciones. A pesar de que el
diaconado está considerado como un paso previo al sacerdocio, Iraundegi,
casado y padre de dos niñas de acogida, no podrá ser ordenado sacerdote
sino que ejercerá las labores de diácono de manera 'permanente'.
La catedral donostiarra también acogió la ordenación de
Iñaki Benito como diácono para el Presbiterado quien, a diferencia de
Iraundegi, seguirá con su formación hasta el sacerdocio tras jurar su
celibato incondicional ante el obispo. Los actos se inscribieron en la
celebración de la Solemnidad Apóstoles Pedro y Pablo con motivo de la
finalización del curso pastoral.
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