Un aula de una escuela de Nápoles, en Italia
La enseñanza de la religión católica en Italia está
establecida mediante el Concordato firmado entre el Estado y la Iglesia
católica. Prevé que en todas las escuelas públicas italianas se reserven lecciones semanales para la enseñanza de la religión católica: generalmente una hora y media en la escuela elemental, una hora para la enseñanza media.
La asistencia en la escuela media superior es facultativa. Para los estudiantes que no deseen frecuentar la hora de religión, pueden elegir actividades didácticas y formativas que la escuela debe ofrecer.
Los alumnos que deseen no frecuentar ni la hora de religión ni enseñanzas alternativas, pueden ausentarse de la escuela. En general, la hora de religión es la primera o última del día, lo que facilita a los alumnos esa facultad de elección.
Al final de curso se ofrecía un «juicio» sobre el aprovechamiento del alumno
(óptimo, bueno, insuficiente), pero no se daba una nota que haga media
con el resto de las asignaturas. Este tema ha sido siempre objeto de
polémica. Diversos ministros han pretendido que la nota de religión
hiciera media con el resto. En mayo del 2010, siendo ministra de
Educación Maríastella Gelmini en el Gobierno de Silvio Berlusconi, el
Consejo de Estado estableció que «si un alumno elige la enseñanza de la
religión, en ese caso la asignatura se convierte en obligatoria y
concurre por tanto a la atribución del crédito escolar».
Los profesores de la escuela media deben tener una
licenciatura para dar clase de religión o estudios de teología en un
seminario mayor. En la escuela elemental la enseñanza de la religión la
pueden realizar profesores, sacerdotes y religiosas que tengan una
cualificación reconocida por la Conferencia episcopal italiana.
Objeto de polémica
La enseñanza de la religión en la escuela pública italiana
es objeto de polémica: católicos y también algunos intelectuales laicos
como Umberto Eco consideran que el conocimiento de la Biblia y de la
religión católica es importante porque forman parte del patrimonio
histórico, cultural y artístico de Italia. En cambio, sectores laicos, y
también en algunos ambientes religiosos, estiman que la enseñanza de la
religión está en contraste con la laicidad establecida en la
Constitución de la República italiana.
La Conferencia episcopal italiana reconoce una fuga lenta
pero inexorable de alumnos de la clase de religión, a causa de la
secularización de la sociedad y a la creciente presencia de estudiantes
extranjeros. Señala que aproximadamente un 10% de los estudiantes se
ausenta cuando comienza la clase.
Por Ángel Gómez Fuentes, corresponsal en Roma
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