Niños en un colegio portugués
La asignatura Educación moral y religiosa católicas (EMRC)
es una materia facultativa en la enseñanza pública de Portugal. Los
alumnos pueden optar por ella de forma libre, pero no existe otra
alternativa, es decir, quien estudia religión tiene una mayor carga lectiva.
Actualmente está en vigor el Concordato celebrado entre el Estado
portugués y la Santa Sé en el 2004 donde consta el deber de la República
Portuguesa de garantizar «las condiciones necesarias para asegurar, en
los términos del derecho portugués, la enseñanza de la religión y moral
católicas en los centros de enseñanza pública no superior, sin cualquier
forma de discriminación».
El decreto ley nº 70/2013 establece el régimen jurídico
para enseñar y organizar esta materia basado en el referido concordato.
El Estado se encarga de asegurar su enseñanza en los centros públicos de
la enseñanza básica y secundaria, pero la orientación de la misma es de
exclusiva responsabilidad de la Iglesia Católica. A través de la
Conferencia Episcopal Portuguesa elabora los programas que son enviados
al Ministerio de Educación y Ciencia así como los manuales y el material
didáctico necesario. También es la Iglesia quien se ocupa de la certificación e idoneidad de los docentes
de la materia, sin necesidad de ser religiosos. Los profesores deben
presentar sus candidaturas para impartir la asignatura de religión.
Esta asignatura forma parte del currículo nacional, y todos los centros tienen la obligación de ofrecerla a los alumnos. Los resultados obtenidos en esta materia no se tienen en cuenta para efectos de la media
del alumno. Tampoco se realizan pruebas y exámenes nacionales para
efectos de progresión o entrada en la enseñanza superior. No obstante, en el certificado de estudios consta la frecuencia y los resultados obtenidos en la evaluación de la asignatura.
Durante la enseñanza básica, que comprende tres ciclos y
que va desde los 6 a los 14 años, se imparten 45 minutos por semana. Ya
en la enseñanza secundaria, de los 15 a los 17 años, aumenta a 90
minutos semanales. Se organizan grupos con un número mínimo de 10
alumnos y en algunos casos está permitido juntar estudiantes de
diferentes ciclos.
Una media del 40-45% de los alumnos de la enseñanza pública han cursado la asignatura de religión en los últimos años.
Por Belén Rodrigo, corresponsal en Lisboa
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